Guemesia ochoai podría tener un aspecto similar al de parientes como Carnotaurus sastrei (en la imagen). Crédito: Fred Wierum, con licencia CC BY-SA 4.0 vía Wikimedia Commons

Se ha descubierto en Argentina un nuevo dinosaurio que forma parte de un conjunto de criaturas "inusuales".

La nueva especie, Guemesia ochoai, podría ser un pariente cercano de los ancestros de un grupo de dinosaurios sin brazos, que vagaban por el hemisferio sur hace más de 70 millones de años.

Un cráneo parcialmente completo descubierto en Argentina aporta nuevas pruebas de un ecosistema único durante el Cretácico Superior.

Guemesia ochoai era una especie de abelisáurido, un clado de carnívoros que habitaba lo que hoy es África, Sudamérica e India. Con una antigüedad de unos 70 millones de años, este dinosaurio podría ser un pariente cercano de los ancestros de todo el grupo.

El descubrimiento del cráneo de Guemesia ochoai ofrece una valiosa visión de una zona en la que hay muy pocos fósiles de abelisáuridos, y puede contribuir a explicar por qué la zona dio lugar a animales tan inusuales.

La profesora Anjali Goswami, jefa de investigación del Museo y coautora, afirma: "Este nuevo dinosaurio es bastante inusual para su especie. Tiene varias características clave que sugieren que es una nueva especie, proporcionando nueva información importante sobre una zona del mundo de la que no sabemos mucho".

"Muestra que los dinosaurios que viven en esta región eran bastante diferentes de los de otras partes de Argentina, apoyando la idea de provincias distintas en el Cretácico de Sudamérica. También nos muestra que hay mucho más por descubrir en estas áreas que reciben menos atención que algunos de los sitios fósiles más famosos."

La descripción del dinosaurio, dirigida por investigadores argentinos, se ha publicado en la revista Journal of Vertebrate Palaeontology.

Sin brazos, pero no inofensivo

Hace cientos de millones de años, todos los continentes se unieron en un supercontinente conocido como Pangea. Con el tiempo, al desplazarse las placas tectónicas, esta masa de tierra comenzó a dividirse en Gondwana y Laurasia.

Hace 180 millones de años, estos dos grandes continentes empezaron a dividirse, y Gondwana se separó para formar los principales continentes del hemisferio sur, así como la India.

Mientras los nuevos continentes se separaban lentamente, las especies seguían pudiendo desplazarse entre ellos, por lo que algunos científicos sugieren que la fauna de cada masa terrestre habría permanecido prácticamente igual.

Uno de los grupos que vivían en Gondwana en aquella época eran los dinosaurios abelisáuridos. Se trata de un grupo de terópodos depredadores de alto nivel que podrían haberse alimentado de grandes dinosaurios como los titanosaurios. Sin embargo, a pesar de este temible estilo de vida, eran capaces de abatir a sus enormes presas sin el uso de armas.

Muchas especies de abelisaurios tenían extremidades delanteras aún más cortas que las del más famoso Tyrannosaurus rex y efectivamente inútiles. Esto habría dejado las manos de los abelisáuridos incapaces de agarrar, obligando a los dinosaurios a confiar en sus poderosas cabezas y mandíbulas para capturar a sus presas.

Se han encontrado fósiles de estos carnívoros en rocas de África, Sudamérica, India y Europa que datan del Cretácico Superior, justo antes de que los dinosaurios desaparecieran hace 66 millones de años.

Los abelisaurios tenían extremidades delanteras muy reducidas, más cortas incluso que las del tiranosaurio rex. Crédito: Kabacchi, con licencia CC BY 2.0 vía Flickr.
Argentina es conocida por los fósiles de abelisáuridos, con 35 especies ya descritas en el país. Pero casi todos ellos proceden de la Patagonia, en el sur del país, y comparativamente se han encontrado pocos dinosaurios en el noroeste.

La descripción de esta nueva especie a partir de una parte de un cráneo aporta nuevos conocimientos vitales para los científicos que investigan este periodo de la historia.

¿Ancestro de los abelisáuridos?

La caja torácica, que incluye las partes superior y posterior del cráneo, se encontró en la Formación Los Blanquitos, cerca de Amblayo, en el norte de Argentina, en rocas datadas entre 75 y 65 millones de años. Esto significa que este animal vivió justo antes de la extinción masiva de finales del Cretácico, que supuso la extinción de la mayoría de los dinosaurios.

Una característica única de este dinosaurio son las filas de pequeños agujeros en la parte delantera de su cráneo, conocidos como forámenes. Los investigadores han sugerido que estos agujeros podrían haber permitido al animal enfriarse, con el bombeo de sangre hacia la fina piel de la parte delantera de la cabeza para liberar calor.

Al igual que muchos abelisáuridos, el cráneo tiene una caja torácica "notablemente pequeña", pero incluso así, la nueva especie tiene un cráneo un 70% más pequeño que cualquiera de sus parientes. Este tamaño reducido puede indicar que se trata de un joven, pero hay pruebas contradictorias al respecto.

Una falta de claridad similar se extiende a sus otras características, incluyendo partes delgadas del cráneo y, a diferencia de otros abelisáuridos, la falta de cuernos. Se ha sugerido que esto podría significar que la nueva especie está cerca de la parte inferior del árbol genealógico de los abelisáuridos o estrechamente relacionada con los ancestros del resto del grupo.

Aunque algunos detalles aún no están claros, hay suficientes características únicas del dinosaurio para convencer a los investigadores de que se trata de un nuevo género y especie, al que han llamado Guemesia ochoai. Lleva el nombre del general Martín Miguel de Güemes, héroe de la Guerra de la Independencia argentina, y de Javier Ochoa, técnico del museo que descubrió el espécimen.

Aunque todavía hay muchos interrogantes en torno al abelisáurido recién descrito, se suma a un creciente conjunto de pruebas que sugieren que el noroeste de Argentina contaba con un conjunto de criaturas único, diferente a los encontrados en otras partes del mundo en esa época.

Entre ellas se encuentran las tortugas podocnemidoides, como la Stupendemys geographicus, uno de los mayores reptiles acuáticos que han existido.

Los científicos esperan ahora descubrir más ejemplares de Guemesia ochoai y sus parientes para saber más sobre la vida en la antigua Argentina. Se centran especialmente en el periodo anterior y posterior a la extinción masiva del Cretácico para entender cómo este acontecimiento masivo moldeó la vida en la Tierra.

Además de Guemesia ochoai, el equipo ya ha descubierto otras especies interesantes, desde peces hasta mamíferos, que están describiendo actualmente.

Anjali explica que aún queda mucho por aprender de los fósiles del norte de Argentina.

"Entender eventos globales enormes como una extinción masiva requiere conjuntos de datos globales, pero hay muchas partes del mundo que no han sido estudiadas en detalle, y toneladas de fósiles que quedan por descubrir", dice.

"Dejamos algunos fósiles interesantes en el suelo en nuestro último viaje, sin saber que pasarían años antes de que pudiéramos volver a nuestros sitios de campo. Ahora esperamos que no pase mucho tiempo antes de que podamos terminar de desenterrarlos y descubrir muchas más especies de esta fauna única."


More information: Federico L. Agnolín et al, First definitive abelisaurid theropod from the Late Cretaceous of Northwestern Argentina, Journal of Vertebrate Paleontology (2022). DOI: 10.1080/02724634.2021.2002348

Fuente: 
Natural History Museum